domingo, 28 de febrero de 2010

Algo más de la vida


“Nunca pisa la batalla tanto ruido de guerreros, traen de sus almenas la paz de los cementerios. Háblame de tus abrazos, de nuestro amor imperfecto, de la luz de tu utopía, y que tu voz tape este estruendo”

Hoy no entiendo la lucha de los momentos vacíos. Esa lucha inagotable sobre algo que no se sabe por qué se lucha. Es paradójico y a la vez, conozco a varias personas que se sienten caminar por un pasillo sin forma ni color. Atravesando cada adversidad vivida y catalogada como “natural” en su propio sistema y haciendo del mundo un espacio sin color. No es mi mejor cualidad sinceramente, la positividad es algo que siempre me saca a flote. En ese sentido me es difícil involucrarme con esta sensación y analizarla subjetivamente porque no puedo comprenderla del todo.
Es muy cierto que a veces tocamos nuestro propio limite, sentimos que no nos queda más por hacer, que ese sentido de superación propia se nos esfumó, que el entusiasmo no es igual que en el inicio de cada cosa que efectuamos, y sentimos que tocamos un tope. Que ya no sabemos porque luchar, o nos cansamos y lo abandonamos. Es cierto y quizás adentrándolo por ese lado puedo llegar a comprenderlo mejor.
Pero siempre me inspiro y enfoco en otra época. En cuando la lucha y la liberación iban por algo más o por uno mismo, se peleaba por algo, por una creencia, una manera, una forma por ¡algo!... hoy ese desganos nos sacó las ganas de luchar, y creo que llegó a tal punto que olvidamos luchar por nosotros mismo… por nuestros sueños más profundos. No es necesario ir contra un sistema para pelear por lo que queremos, por una “idea” o por esos ecos de una idealización que creemos utópicas pero al mismo tiempo verdaderas.
Por más en vano que sea esa lucha, se vive honorablemente sabiendo que pelamos por ese ideal. Por esa guerra que nunca damos por perdida. Por esa forma de poder percibir que nada está perdido, sólo si así lo queremos, sólo si así lo elegimos. Es triste vivir una vida, sin saber por qué vivimos, por qué pelamos, por qué existimos. Y nuestra razón de ser nos dice que hay mucho más que el día a día…


DG

Testamento vital

"Y en estos días el que escribe, consciente del privilegio de nacer en esta orilla, cree que aún éste será el tiempo del ángel temeroso que suspira, átomo que gira en solitario, alienígena nacido en esta tierra, del sueño sublime, en fin, del hombre y la mujer que buscan otro mundo posible. "


Día uno: Hoy tengo uno de esos días en los que necesito desaparece por un momento del mundo, dejar que el destino lo maneje la suerte, y correr…
Quiero muchas cosas, y sin embargo son cosas tan simples que a veces me siento mediocre teniendo tan simples ambiciones de la vida.
Quiero correr debajo de la lluvia…
Necesito caminar descalza por el pasto una vez por semana.
Quiero meditar.
Quiero sentir el viento en mi cara a toda hora, y constantemente.
Quiero un auto para cantar en el viaje.
Quiero cuatro potes de leche condensada, y un chocolate blanco con almendras.
Quiero reír, reír jocosamente y mucho.
¡Quiero bailar!!!!!!....
Sentir el contacto del abrazo de un amigo.
Quiero ser yo todos los días aunque eso implique ser diferente.
Quiero saber por qué la gente necesita cosas para opacar el propio pensamiento desligándolo de los verdaderos sueños.
Quiero descubrir unos ojos profundos y transparentes.
Quiero saber por qué consiente o inconscientemente se desprecia del sistema lo que se consigue fácilmente, porque como no nos costó, no debe poseer las cualidades necesarias.
Quiero dibujar horas cuando necesito descontracturar algunas ideas, y dejar que la inspiración me lleve… y quiero pintar con una gama de colores jamás vista por el ojo humano.
Quiero leer indeterminadas horas un libro que me haga llorar, pensar, reflexionar con cada letra escrita, y admirarme del autor.
Quiero escribir poesía para intentar comprender a mi manera y de esa forma un poco más la esencia humana.
Quiero encontrar la luz del alma y del amor.
Quiero encontrar un amor más grande que el mismo, y una persona merecedora de todos mis aciertos y de mis errores, para que pueda darme lo mismo que quiero dar.
Quiero una hamaca en el jardín, un limonero, y cinco jazmines que pueda regar todos los días.
Quiero sorpresas, y no quiero programar mi vida para nada.
No quiero monotonías, no quiero faenas diarias, ni situaciones “normales”
Quiero luchar por algo importante, quiero luchar por mí, por alguien más.
Necesito ayudar más… y quiero mirar más ojos de niños pequeños.
Quiero más bebes en mi vida. (No míos por ahora) pero necesito dar ese amor!
Quiero vivir cada uno de mis días.
Quiero sentir las palabras grabas en el viento…

DG