lunes, 26 de julio de 2010

Dispone a tu gusto de estas ilusiones.

"No espero nada. Esto no es horrible. Después de resolverlo, he ganado tranquilidad.
Pero esa mujer me ha dado una esperanza. Debo temer las esperanzas. Tal vez toda esa higiene de no esperar sea un poco ridícula. No esperar de la vida, para no arriesgarla; darse por muerto, para no morir.
Ya no estoy muerto: estoy enamorado."




Supongo que a veces hasta me cuesta escribir de algo que no se, de algo que me declive a una complicación de interpretar por completo. De algo que muchas veces no puedo ver con claridad. ¿Qué es? : El amor.
Me cuesta creer, y me cuesta entenderlo, quizás el amor no se entiende, es sólo cuestión de sentir. Pero conozco a tanta gente que sintió cosas que yo creía que eran muy profundas, de hecho a mi misma me pasó, cosas que parecían que venían de tantas otras vidas, de tantas otras almas, de “lazos” que no se podían romper, de gente que DEBIA estar junta y sin embargo… fracasan, so olvidan…parece que…todo se olvida…
Parece que no hubiera cosas absolutas, que nada fuera perfectamente absoluto, que todo a mayor o menor medida es relativo, persuasivo, casi convencional, cuasi predecible. Como si no se esperara nada más que el hecho de que las cosas sucedan, trasciendan, Pasen. Pero nada… nada más.
Hay más divorcios, que parejas que viven felices toda su vida, más olvido y menos memoria, mayores defectos y mucha idealización, expectativas que no son las esperadas, hay de todo y sin embargo parce como si no hubiera nada.
A pesar de todos los malos ejemplos que hay a nuestro alrededor, de cómo la gente de mismos sexos se casa,-(no digo que este mal, pero por algo pasa, algo carece que no encuentran y buscan en otros lados, en alguien más)- y como las personas de diferente sexo viven en divorcios permanentes, y veo como las parejas que duran a lo largo del tiempo, lo hacen meramente por comodidad pero jamás porque volverían a elegirse si se les diera la oportunidad de vivir toda la vida juntos nuevamente. Yo creo en el amor. Pero es difícil creer en algo REAL cuando parece más inventado que palpable.
Parece que lo puro, que la esencia del amor, se disuelve, o ¿es qué acaso nunca existió? Me cuestiono a mi misma a veces hasta si lo sentí, si realmente me enamoré, y yo creo que sí. Pero si fuera así, si así existiera, ¿Por qué olvidamos tan fácil? ¿Cómo podemos remplazar tan fácil algo que quisimos tanto? ¿Cómo el tiempo y la ausencia hacen que lo que vivimos no signifique más que un sueño? ¿Más que nada?
Quizás es la idea de que idealizamos tanto al amor, que creemos que un amor, que EL AMOR es para toda la vida. Pero tal vez es un momento, un instante increíblemente intenso, y luego como cualquier llama se va apagando gradual mediante el tiempo pasa, con o sin ausencias… simplemente se va meriendo, extinguiendo porque nada puede permanecer intacto toda la vida. Tal vez sea así, aunque algo en mi se niega a creerlo.
Es que… ¿Qué decimos cuando decimos “el amor de mi vida”? ¿Aquella persona que siempre va a sostener nuestros sentimientos, a aquella que sabe mantener indemne lo que sentimos, a aquella que idealizamos y por eso no podemos dejar ir, aquella que vamos a amar toda la vida? Y ¿Cuántas personas que conocemos se aman toda la vida, o mejor aún, cuantas personas que conocemos pasan la vida AMANDOSE?
Sí creo de alguna forma en el amor. Porque soy fiel a ese sentimiento, sino ¿en qué cosa más linda se puede creer? Pero creo que quizás haya que encontrar a LA persona para compartir toda una vida. Al alma que nos complemente, al alma que dejamos en otras vidas para encontrar en esta. Pero ¿Cómo encontrar un persona/alma, en una ciudad llena de ellas?. Casi imposible…. Esa que se siente que está atada a nosotros desde mucho tiempo antes, ese sentimiento que sobre pasa la química y va mas allá, algo casi espiritual, que gobierna todos los sentidos y los anula, y los domina, y los potencia diez veces más. Ese “condimento” que le da sabor. De alguna forma, capaz así sí se pueda amar, pero amar, toda la vida, sin que eso se desintegre como una hoja de papel mojada por el tiempo, empapada por los años. ¿Y qué es lo importante de todo esto para mí? ¿Lo más importante? … que lo sepamos ver. Que lo reconozcamos.
Miles de personas pasan buscando el amor, y cuando lo encuentran lo pasan por arriba. Buscan el amor, pero cuando lo encurtan no lo reconocen, o ¿no lo sienten? ¿Es eso posible? Por eso para mí no hay nada más importante que saber mirar, pero no sólo ver el objeto, sino como se ve… eso es saber mirar, quizas eso sea realmente amar.


DG

sábado, 24 de julio de 2010

un altro inizio...

"Vota la bellezza delle cose semplici. È possibile rendere bella della poesia su piccole cose."




Strano momento che incontrate. Forse stavamo cercando. Unico modo per voi di dire le cose, soprattutto la forma ... le parole per dare un senso agli eventi. Quelli che possono dire molto di più di due.
Non dire ciò che sei, interpretare il pensiero e può essere in grado di vedere sotto la pelle.
Sento che la facilità di darti le mie mani di toccare, di aggiungere nella tua rimanendo sempre dire queste cose, o quelli che dicono senza pensare.
strano modo di guardarti, eventi rari in cui si percepisce. Quella luce vorrebbe vedere, quella luce sei. Passato non si mette in evidenza, ma io non voglio tagli essere.
Ascolta la destinazione nel puzzle della vita. E mi sento vicino a toccare.
Stringimi forte perché io non cada. Ho paura. Paura di amare. Per vivere inizia nelle vostre mani sta cominciando a morire, uccidere e annegare i vostri sensi in bellezza.
Fragile si percepisce la mia luce, quando si è così spento, quando guardi i miei occhi e si può vedere molto più di quello che vorrei mostrarvi. Non è giusto per farmi bene, non è giusto per me nudità così tanto. E 'bene che ci sentiamo bene, perché ", che" si sente strano.
I denunciare ciò che non voglio espormi perché mi mostra più desiderato o percepire me troppo bene, e mi lasci senza parole per capire come si fa, e si dovessero ripetere.
La chimica è più che superficiale. Non mi, non so se si vuole capire. E 'una sensazione che se non si può avere. Poi, quando non spero mi sorprende di nuovo. Tu non capisci. Sto ancora aspettando il tempo, quello che si accumula descifrarte momenti un po 'meglio. Ci deve essere qualcosa che non riesco a vedere. Profondità sguardo e vedo il vuoto. Questo non è normale.
E quel conforto che sembra fatto da migliaia di momenti che ho vissuto, per le compilation di discorsi e racconti, e le risate e gli scherzi che non ho mai avuto o incontrato. Finché molte vite. E posso solo dare e prendere di sorpresa e di tendenza che mi cattura, ma non voglio, ho lasciato andare a te.
Incredibile paradigma che è ancora a capire i miei pensieri. Sensibilità a sapere che ho e che voglio nascondere. Io bugia se ti dicessi che non penso, o è che quello che dici è vero.
Il più impegnativo il mio concetto è la vostra percezione di cui non può sfuggire, che molto successo. Impossibile da ignorare. Lie to me una volta, io non mi conosce, dire la verità, che non avevano mai visto me ....
Ma ... queste sapere di più su di me ... tanti tanti altri.
Forse è davvero così, forse sappiamo già ...
Strano che trovo il tempo ... forse stavamo cercando.


Dai.

miércoles, 21 de julio de 2010

Cuando hay que hacerlas...

"Era un individuo de esos se se callan por no hacer ruido, perdedor asiduo de tantas batallas que gana el olvido."






Esperamos, hacemos tiempo para tantas cosas… sugestionamos nuestro pensamientos y hacemos esperar a nuestro sentir porque pensamos que estamos esperando un fin, algún lugar para poner nuestras cosas en claro. Dejamos pasar tiempo, y después cuando pensamos las cosas, y nos “tomamos nuestro tiempo” usualmente llega a ser tarde. No entiendo porque no tomamos las decisiones en el preciso momento en que debemos.
Esperamos de la vida concretar “ese fin” sin saber que si fuera así después de cumplida moriríamos con ella. Porque… ¿Qué sigue después de haber cumplido, de haber llegado a donde deseábamos? Creo que después nos sentiríamos vacios. Pero lo dejo cada uno a su gusto y semejanza. Si me pregunta a mí. Creo que estar esperando “un momento” para tomar determinadas decisiones es totalmente absurdo. Porque después… pasan tantas cosas, que la idea se pierde y se deforma, y al final terminamos haciendo lo que no deseábamos hacer, o no son nuestros verdaderos deseos, pero la costumbre y la comodidad generalmente llegan a gobernarnos… en fin, para mi… Las cosas hay que hacerlas cuando hay que hacerlas.

DG

lunes, 19 de julio de 2010

Uno mismo.

"Ponemos la palabra allí donde comienza nuestra ignorancia, donde no podemos ver más allá, por ejemplo: la palabra «yo», la palabra «hacer», la palabra «sufrir», éstas son quizás las líneas del horizonte de nuestro conocimiento, pero no «verdades»."




Es imprescindible e increíble como una mala decisión que en su momento creímos acertada puede afectar todo nuestro desino, cambiar el orden natural de las cosas y que todo después resulte una mierda para todos. Y… como todo ser humano nos damos cuenta de los errores cuando ya es tarde. Bueno que exista esa visión de nosotros mismos. Pero las cosas hay que hacerlas cuando hay que hacerlas. Y después ¿cómo se vuelve atrás? ¿Cómo damos vuelta las agujas del reloj? O ¿a caso nos engañamos justificándonos de minimalistas creyendo que lo mejor es esperar las cosas nuevas y el cambio? Mentira…
Tal vez solo hace falta, dar un paso y caer…. ya que estamos cayendo. Hacer cosas sin pensar porque verdaderamente las queremos, son las cosas que escondemos y que realmente hablan por nosotros. Esa lógica, no tan lógica que escapa a nuestra compresión, y se dispersa en la locura.
Esos impulsos que nos gobiernan y nos mandan, provocan esa dictatorial forma de manipular nuestros sentidos, nuestros deseos más profundos y si no los reprimimos, si los dejamos actuar, puede que aunque esté bien o esté mal a los ojos de cualquiera, nunca nos hayamos sentido más auténticos, más trasparentes con nosotros mismos, con los demás.
Si supiera que es lo que me tiene acá, ya me habría ido… Si quisiera. Si dejara salir ese ir y venir de mi pensamiento ambivalente probablemente hubiera hecho lo que hice. si quisiera olvidar estos nuevos recuerdos, no volvería atrás, no repasaría las palabras. Y a veces creo que hasta odio ser quien soy porque en el fondo lo quiero. Y me entretengo pensando en cómo sería sino supiera quién soy yo, porque perder lo que queremos por no poder romper con nosotros mismos es total e irrevocablemente absurdo: nada mejor que sentirse uno mismo. Quizás es un sentimiento de maduración que me obliga a perfeccionarme para entender que la perfección no existe, y si existiera tal vez, no me guste, o no la quiera alcanzar en materia, quizás es algo más interno, o más espiritual.
Frases y hechos que se acercan a la vida, porque quizás es la vida, quien se acerca a mí. Si quisiera empezar de cero… probablemente me repetiría, solamente para llegar aquí. Es como ese puente turbulento que debemos pasar para llegar al otro lado, a donde queremos, a donde esperamos caer, a donde aspiramos llegar.
No me quejo, agradezco lo que soy, agradezco lo que fui. Agradezco el resultado bellamente exótico de las mañanas, el valor agregado, la ilusión a medias, el calor de las manos, el sabor a miel.
Si me canse de ser quien fui es porque nunca fui quien soy, y nunca podré dejar de ser la que era. Albergo en mi pensamiento las palabras que jamás podría llegar a decir y las cosas que jamás hubiera hecho probablemente ya las hice.
Mis pasos sencillos, mis palabras simples, detonan solamente esa que soy, ¿o aquella que fui? Mientras tanto, como siempre, y aunque todo se vea claro, sigo respirando pero me doy miedo a cada instante en que desaparezco y así a la vez otras veces es tan difícil evadir el "yo"…
Tal vez, ya no sepa porque mi mente quiere que haga algo, pero…tarde o temprano entiendo el por qué. No quiero volver… volver a lo de siempre, quizás esté buscando cosas diferentes.
Perdón sino vuelvo atrás. No tendré repuestas, ni certezas, pero tengo seguridad. Seguridad de lo real, seguridad de no tener miedo, seguridad que me da saber que no hay nada más certero que conformar a mi corazón. Vivir, en la única certeza posible, y la única que puedo tener. Aunque la vida no sea certera, ni exista una justificación válida para la razón, vivir vale. No te mientas… Quizás solamente necesite saber elegir. Justificar el cambio sólo nos pierde. Creo que es cuestión de asimilar la novedad. Los escenarios cambian todo el tiempo. La costumbre da paso a lo trivial. Tal vez nunca quiera conformarme. Tal vez nunca quiera ninguna comodidad… tal vez solamente necesite vivir, vivir del todo o un poco más.

sábado, 17 de julio de 2010

El amor en sus fases.

"La vida es cíclica y que siempre el final de una historia coincide con el comienzo de otra nueva y que, ante todo momento de penetrante felicidad siempre
hay que esperar otro con igual intensidad de tristeza."




Al margen de que mi tiempo últimamente está bastante ocupado, como es de mi, no puedo, no pensar, o no reflexionar sobre el tema que más me compete, no porque lo entienda, y no porque sea “competente” en términos correctos hablando sobre el tema, no lo sé, pero el amor, es algo que ya de por sí es complicado, tan complicado que resulta un desafío por lo menos para mi intelecto entenderlo en su manera completa y absoluta de sentir. Aunque no se entienda, o aunque pensar que entenderlo sea una manera completamente muy ilusa de considerarlo (ya que miles de veces hemos escuchado: el amor no se explica se siente). Me resulta interesante y por demás, explicar el sentimiento que más que por reacciones químicas formuladas y compuestas en nuestro hipotálamo, es una forma de costumbre general a sentir. Algo que se hace por imitación. Definimos el sentamiento por conocimientos anteriormente existentes en otras personas que lo definieron como: amor. Siguiendo a un sentir nada guiado lanzándose a lo más remoto y desconocido. Si estuviéramos solos en una isla, con una persona quizás, y no conociéramos el concepto del amor, ¿se sentiría igual pero no sabríamos definir el sentimiento? Conocemos el termino, conocemos la base de su definición, y hasta a veces podríamos decir que conocemos el amor, ¿en concepto?... ¿Cómo es que lo conocemos si nadie nos enseñó lo que es el amor? ¿Es entonces un sentimiento congénito del ser humano que nos incumbe a todos y cada uno? ¿Y si no se puede enseñar el amor porque se siente?, pero ¿se puede enseñar a amar?, o ¿es que el “corazón” guía la forma en que procederemos? A mi criterio, el primer amor, es el amor a uno mismo, como individuo, como persona. Si no se tiene o posee ese amor, no puedo ofrecerlo, no puedo prometerlo, ni entregarlo, porque técnicamente estaría engañando a la otra persona, le estaría ofreciendo algo que sé que no tengo. Le estaría prometiendo un cielo inexistente que no tengo y no conozco. No puedo dar o prometer amor, cuando sé lo que es, creo que existe pero no lo tengo o no lo siento. Porque… ¿cómo puedo dar algo que creo que existe pero qué no existe en mi? Considero entonces, que el ser humano tiene una percepción del amor muy vacía, es una condena al deseo y no al amor. El ser humano no da ese amor, reconfortante, suave como el terciopelo, ese que acaricia el alma y llena. Da lo mediocre del amor. No me gusta asumirlo pero es lo que veo, en cada pareja, en cada mirada. No veo esa clase de amor puro, a la que por lo menos en mi caso particular yo aspiro, no lo encuentro, y no digo que yo lo tenga, ¿ a alguien le enseñaron a amar así, de aquella manera profunda? Aquel amor que se rija por otras normas que sobrepasen el deseo, algo más grande, algo que cuando muera el deseo no muera el amor. ¿Pero existe? Pero si todos estaríamos imitando lo que consideramos o la forma de proceder mediante el amor, nadie se estaría dando la libertad única y absoluta para sentir de esa manera, mucho más difícil en cuestión… y así tan poco que amamos, tan fácil olvidamos. Lo he vivido y me resulta incomprensible. Como las parejas comparten tanto tiempo juntas, años, vidas, y al final terminan sintetizando todo aquel amor en dos completas almas desconocidas, como si no se conocieran, como si nunca hubieran existido, como si nunca hubieran compartido el más profundo amor. Y es que no… no lo compartieron así. Compartieron otras cosas, u otra clase de amor. Es mentira que todo se olvida., que el tiempo mata ese sentir etc. etc. Y el que lo hace es porque sinceramente nunca sintió como lo tenía que sentir. Entonces con esas caídas, nuestro cuerpo frágil y maleable, se convierte en un pedazo de fibra dura, en un callo, en una tabla donde todo “resbala”… y tapamos… y lo paradójico es que como así nadie nos enseña a amar, nadie tampoco nos enseña a olvidar. Surge solo, el mismo cuerpo rechaza el sentamiento y cae en el olvido porque así lo prefiere, antes que sufrir… es un acto reflejo, un instinto completa y netamente humano. No se cuan a favor estoy de la frase trillada “hace lo que sientas” no se cuan bueno y bien está hacerlo. Definitivamente en el amor, es lo mejor. Pero ¿en el olvido? Si haríamos lo que sintiéramos, por consumo en tiempo, cansancio o fatiga, dejaríamos todo, soltaríamos la soga y no perseveraríamos en nada poniéndonos nuestros propios limites. Porque es más fácil. Y el ser humano es cómodo. Entonces lo dejamos, lo tapamos, lo olvidamos. Así que en algún punto “hacer lo que se sienta” no estaría tan correcto o tan bien, aunque sería muy normal. Y después entonces con el tiempo, y la vida, aparecerá alguien más en la cual encontraremos la satisfacción de compartir. Una que “opaque” el amor sentido por la anterior persona. Me parece horrible el termino “un clavo saca otro” si se decide olvidar, empujar la puerta y cerrarla definitivamente, por múltiples causas que exceden el sólo simple hecho de olvidar. Estaría entonces correcto evocarse a alguien más y entregarse completamente sabiéndonos con capítulos totalmente cerrados, que no estén perturbando la tranquilidad de la nueva relación. Pero comenzar una nueva relación para olvidar una pasada, es en realidad muy triste, porque desde un comienzo se sabe que por muy deslumbrados que estemos por esa persona, la relación esta condenada al fracaso. O en su defecto a un nuevo olvido. ¿Podríamos entonces olvidar para olvidar? A mi me sabe triste…pero por lo que he visto es bastante natural. En síntesis no comparto mucho nada del ser humano. Ni el amor, ni el olvido, ni la formas de ambos dos.

viernes, 16 de julio de 2010

Lo cómodo.

"El segundero se va deslizando, suavemente, por la esfera del reloj. El mundo prosigue su avance continuo, sin pausas. La lógica y la acción funcionan
de un modo sincrónico, sin fisuras. Al menos por ahora".




Si me preguntan a mí, yo siempre haría lo más difícil. Lo complejo, lo que se rebusca, lo que no es fácil, lo que no es cómodo.
Veo a lo largo de mi vida, como el ser humano se desenvuelve de una forma completamente opuesta a la mía. O yo opuesta al ser humano, y siempre fue así, así que no me quejo. No es que desperdicie lo que es fácil porque como no me costó no debe requerir los atributos que me gustarían, es más simple. A la hora de elegir un camino, no elijo el fácil, ni el correcto, elijo el más dificil. Yo supongo que es (además de una beta patológica bastante importante de querer complicarme la vida) creo que es porque me gusta sentir el incentivo de pelear por algo todos los días, aunque no sea fácil, y aunque requiera de mucho tiempo y mucha paciencia.
Y todo en la vida requiere de mucho esfuerzo si realmente se quiere conseguir, cualquier cosa, cualquier cosa que aspiremos a tener, sea una pareja, amigos files, un buen trabajo. Creo que es cierta esa frase de que uno cosecha lo que siembra.
No digo que todos deberían ser como yo. Sería lo más ególatra y narcisista que podría decir. Simplemente que no me parecen “correctas” algunas actitudes, algunas maneras fáciles de sortear lo que está en nuestro camino, y hacer simplemente lo que nos traiga “menos problemas”. Entiendo que todos buscamos tener una vida descontracturada, libre, fuera de prejuicios y conflictos internos o externos. Pero creo que “apartando” los problemas de nuestro sistema lo único que conseguimos es entrar en conflicto con nosotros mismos. ¿Realmente vale tanto la pena eso? Quizás explicándolo mejor, creo que me interesa más estar en paz conmigo misma que con los demás. Podría tener una batalla campal con cualquiera pero no soportaría tenerla conmigo misma.
Será por la vida que me tocó y por los ejemplos que tengo, que estoy absolutamente en contra de apartar cosas de nuestra vida simplemente porque queremos la comodidad que nos otorga ese alguien o cosa en vez de salir a buscar los pequeños detalles, los rebuscados, las difíciles, las autenticas, o las verdaderas, meramente porque es más difícil. resignamos o tapamos nuestra verdadera felicidad por una , que sabemos que en el fondo no es muy “cómoda” ¿Vendimos nuestra capacidad de disfrutar la vida por un pequeño pedacito de “confort” o conveniencia? Entonces creo que en realidad así se pierde la escancia más pura de muchas cosas. Y Pasa todo el tiempo, a todos lados a nuestro alrededor. TODO EL TIEMPO.
Dejamos pasar miles de cosas, por comodidad. No efectuamos ni hacemos nada, no nos movemos por miedo a perder la solidez de nuestro mundo cuando quizás lo que nos espera es mucho mejor, o mucho más placentero que esa verdad a medias que estamos viviendo en este momento, o aquella que quizás se prolongue a un después. Vamos quemando días porque es más fácil quedarse como uno está quieto, inmóvil, insoluble al cambio. No queremos cambiar… (Creo que uno siempre está como quiere estar en cuanto a estas cosas) nos cuesta desprendernos de ideas, de momentos, de situaciones porque son fáciles pensarlas, porque en la rueda, en la inercia de todo momento es MAS FACIL (una vez más) pensarlas que afrontarlas. Vivimos todos los días escapando a otra realidad, a un futuro, a lo que fuere porque es MAS FACIL que llevarlas a cabo, que vivirlas… queramos o no vivimos más en nuestros pensamientos que en la vida real. Y es difícil obvio que es difícil ¿Quién quiere cambiar cuando sabe que en eso no sólo pone en riesgo su comodidad sino que también corre el riesgo de perder más de lo que gane? Creo que no hay nada más impotente que sentirse “detenido” por ese cuestionamiento del pensamiento, ese pensamiento que nos ata que no nos deja fluir con naturalidad. Pero tampoco hay nada más importante que sentirse libre para tomar las decisiones que queremos esas que en el fondo desearíamos hacer, tener, conocer, las que realmente queremos por encima de sobre todas las cosas. Esas mismas cosas que nos tapan la visión para alcanzar la meta.
No se tanto… pero si me preguntan a mí, yo siempre haría lo más difícil.


DG

jueves, 8 de julio de 2010

secretamente profundo.

"A la hora de la verdad, que es la de buscarse a sí mismo en lo objetivo, uno olvida todo y se dispone a no ser fiel más que a su propia sinceridad."





Posé la colilla del cigarrillo en mis labios, saqué el encendedor de mi bolsillo.
Exhalé el sabor, el humo concentrado en mi garganta… tan extremadamente delicioso… lo expulsé por mi nariz. La nube de humo truncaba mi vista de las vías del tren. Por un momento, consideré la idea de que el mundo se hubiera detenido, entre el ruido, y el murmullo de miles de voces resonando a mí alrededor. Me sentí en silencio, en paz, sola. Dios me había abandonado ya hacía mucho tiempo. La escena era extraña, hacía frío, llovía muy fuertemente, las manos se me congelaban mientras sacaba el cigarrillo de mi boca, los despegaba lentamente de mis labios. Volví a manifestar, la toz convulsa. El cigarrillo me estaba matando.
Nada estaba en su fisonomía habitual, todo estaba deformado, trasformado. Al ver que el tren no se aproximaba, aturdida me aparté de allí. Mirando detenidamente una cortina de agua ante mis ojos, observé caras y personas diferentes, disímiles, distintas pero con algo en común, todas nos tomábamos el tren a ninguna parte, corríamos contra las agujas de un reloj sin argumento ¿con qué fin? Todos los que se me ocurrían eran vacíos, burdos, vanos. ¿Qué estarían pensando aquellas personas? ¿Pensaban? ¿Acaso todas pensaban tanto? ¿Alguien estaría pensando en que estaba pensando yo? Volví a toser. Pensé en la muerte y entonces, un escalofrío me envolvió, abrí los ojos repentinamente, y me acordé de un suceso ocasionado unas semanas atrás….
Siempre pensé en mi muerte como algo natural, y remoto, lejano, tan lejano que parecía que nunca jamás pudiera llegar a sucederme. Creo que es la paradoja de la humanidad en general, (sin deseos de justificar mi pensamiento) todos sabemos que en algún momento vamos a morir, pero nos creemos potencialmente eternos…
Hace unas semanas, había visto la muerte ante mis ojos, una persona que no conocía había muerto inesperadamente de un infarto en frente de mi débil, y fría persona. Todo era caos y desesperación, y en medio de ese murmullo puede apreciar, el silencio, la nada, creo que hasta pude percibir la vida yéndose de su cuerpo, creí ver su alma. Toda esa sangre caliente que recorría su cuerpo se congelaba, y puede ver como aquella cara gesticulada llena de arrugas y marcas de vejez y de vida eran consumidas y borradas por una fría mascara inexpresiva, y su cuerpo era envuelto por la muerte para trasformarse en un vació trozo de mármol. No la conocía y jamás lo haría, pero todo aquello me hizo pensar ¿Qué habría pasado con el destello de sus ojos, con su mirada cálida, con todo lo que ella era como mujer, con sus años vividos y recorrido, con las arrugas delicadas que cernían sus manos, con los momentos que la habían hecho feliz, y con los que no, con sus gustos, sus risas, sus maneras, con todo aquello que la hacía reconocer y la singularizaban del resto de las personas con suma y propia autenticidad? No podía todo finalizarse así, en el pavimento de una acera, donde semanas después alguien pisaría, como si nadie hubiera estado allí acabando su existencia. No podía ser así. Siempre sentí que había algún trasfondo en el secreto de vivir. Sino para mí, no tenía ningún sentido. Vivir para morir era en vano, vacío. La vida, me tenía atrapada, pensando que nunca iba a morir, y yo… probando otra pitada. Exhalé el humo y pensé: “hoy podría morirme, y todo lo que soy podría perderse. A largo o corto plazo las personas me olvidarían, porque eso es natural.” Pero me negué a pensar que un día todo lo que soy o creo ser sea borrado como si nunca hubiera existido.
Ese pensamiento, encendía mi mente de miedos y reproches… tenía el derecho, aunque fuese mentira, de pensar o considerarme como cosa permanente y no fugaz, pero si yo fuese una irracional, pensaría que no habría nada más que esto… el tren, las vías, la gente, nada… y si fuera inteligente dejaría de preguntarme lo que nunca llegaba a responder.
El tiempo corre con el tiempo y la única certeza que tengo es que hay un final conocido que no puedo evitar. Si la muerte llegara a mi vida, se que hay muchas cosas que por poseerlas no las llego a apreciar. Otra paradoja de mi mente, del ser humano… las cosas estaban ahí y porque estaban no las sabíamos observar, ni siquiera nos deteníamos a mirarlas. Pero estoy segura que si esa persona que había visto morir, hubiera sabido que eran los últimos momentos de su vida, hubiera hecho y apreciado, todo lo que por poseer no valoraba.
(Lo que haría cualquier persona normal) Al llegar a ese punto, todas mis convicciones filosóficas, mis vanidades, mis odios, mis problemas, y pasiones, antipatías, pertenecerían a otro humano que ya no sería yo. ¿Por qué ahora no podía ser así? ¿Tenía que pensar en algo tan enfermo como la muerte para sentirlo, para apreciarlo, para hacerme la simple mera pregunta?...
El tren llega… tiro la colilla del cigarrillo, y veo como la lluvia aplaca su resplandor lentamente.
Entonces me resigno, algo me dice que debo seguir caminando para comprender porque estoy viviendo y…ya no me interesa pensar en morir, ahora sólo quiero vivir plenamente, aunque eso implique (por ahora) tomarse el tren a ninguna parte.


Dai.

Más que el tiempo.

"Curioso que vivir pueda volverse una pura aceptación; incluso esta aceptación de no aceptar nada, de irme casi antes de llegar, de matar todo lo que todavía no es capaz de matarme "




Miré, el fondo, el borde, estaba próxima a tocar ese oscuro lugar, y antes de poner un pie en el, estaba emergiendo de nuevo.
Creí verme a mí misma, levitando en ese irracional suelo oscuro. Ahora fondo blanco, fondo trasparente. El suelo se empezó a alejar. Pude ver como el escenario cambiaba, la gente, el tiempo trascurría de prisa, corríamos rápido, corría rápido… para llegar a algún desconocido lugar, que por desconocido me asustaba…pero supe que por nada cambiaría mi escancia. Ningún viento podría convertirme en algo que no soy.
Algo se movía en mi corazón, eran las manivelas del reloj que lubricaban a mi tiempo. Los mismos que contenían los paréntesis de mi alma. Miré otra vez, fijamente y ahí estaba yo. Quieta, más quieta que lo habitual, pero a la vez, me movía muy rápidamente. Mi cuerpo expulsaba como nada las palabras. Y otra vez, algo blanco, algo oscuro, algo que perturbaba mi visión, era yo misma en un espejo que me reflejaba. Esa idea que contemplaba asiduamente mientras levitaba y reflotaba sobre la nube espesa que se había formado debajo de mis pies.
Me miré otra vez, esta vez estaba diferente, pero... seguía siendo más de lo mismo, mas de mi.
Apasionada por una visión que ya no sabía si era la mía, o era la de alguien más… esa que asechaba por las noches mis ideas, que me obligaba a ser la que siempre fui, aunque no quisiera.
Siempre iba a ser la misma, miraba el lugar, oscuro, blanco, oscuro, y nunca iba a poder cambiar, porque de hecho no quería hacerlo.
El borde, borde fino, que azotaba por el lado de mi derecha la nada de mi sinceridad. Claves que desenmarañaban, la telaraña de mis pensamientos y me dejaban, gobernar mi corazón en paz. Gran descubrimiento el de mi alma…
Al fin del día descubro que no había mucho en que pensar, que los días siguen, que la vida no se detiene por más que el escenario cambie, la gente cambie, la escancia cambie, siempre en mi es todo igual. Es la visión que no se puede cambiar (creo que se nace con ella)es el tiempo irrefutable que jamás se podrá detener .
Aunque, confieso que ahora todo es más blanco, un espacio en donde me refugian los rayos del sol, la sonrisa, las ansias de la libertad que me deja volar entre mis aladas plumas, una vida que jamás abandonaré… y es esa forma de vivir a la que amo, la que nunca podré extrañar porque… siempre la llevaré conmigo.
Es el degradé infame de la vida, que te deja expuesta a más de un matiz, matiz que no me reconoce, o matices que me sientan mejor, peor. Algunos me hacen la vida más sencilla, otros… otros no, pero agradezco que estén. Son los oscuros, que lo dejan claro, y aquellas que iluminan el lugar en el que habito… mi pensamiento. Dejando atisbos de luz a lo que siempre fueron mis ideas… anormales, enroscadas, diferentes. (Lo agradezco)
Curioso es vivir, correr contra el tiempo, extrañar el futuro. Perfeccionarse… para… ¿nada?
Curiosa es que lo raro se disipe con el tiempo como natural. Y lo que en algún comienzo pareció descabellado hoy, ahora, sea normal. Los atajos de un tiempo que por desconocidos y novedosos resultan incomodos, y después se muestren y desenvuelvan como algo sin más. Todo es así. Siempre es así… en realidad creo que… nada tiene sentido.

Dai.

Mira otra vez...


"Debía encontrarte esa noche, ese día, pero para eso era útil conocernos antes."






Lo primero fue indicarle la salida. El punto donde se partían los círculos errantes de almas sosteniendo nada.
Así como cuando alguien es demasiado… detallista en su narración, sentí conocer a la perfección aquel interno lugar. Todos tenían razón, y yo misma también la tenía, era claro que extrañaba a alguien, pero como no sabía a quién, restarle importancia parecía lo más acertado.
Si tuviera que empezar de cero, elegiría otro comienzo, y manifestaría las palabras que no voy a decir. Hubiera sido más fácil decir que sí, que la noche estaba fría, que necesitaba que me acompañes porque las baldosas parecían gastadas sin tus pasos… decir cualquier cosa, pero decir…a algunos desafortunadamente les cuesta más que a otros decir que sí. Casi todos podemos más o menos movernos, más o menos mirarnos, más o menos sostener una mano, más o menos rozar una mejilla. Ojalá no hubiera visto el arco iris, y te hubiera callado más seguido, tapado la boca, abrazado más.
Tomaría más pasajes de ida, porque tal vez ya no quiera volver, gastaría boletos, caminaría más lento con tal de que me sigas, o más rápido para seguirte a ti sin necesidad de que los capítulos ardan espontáneamente, y se queme el papel porque sí. Fundamentaría más las cosas, desperdiciaría el tiempo un poco más.
Y otra vez, me subí al tren. Y renace esa tristeza que no duele, y te veo sentado en algún lugar común, casi detenido, esperando “nadas”… con esa felicidad gigante que no tienes como reírla, con las hojas marchitas, la vuelta de hoja sin pasar. No insistas. El reloj nunca anda para atrás. Y yo, una piedra mirando por la ventana y tú tan a punto de romperte, siempre…
Caricias que van al alma no a ti, no insistas. Ardor propio y ajeno, que te insinera la ropa, y te desnuda. ¿Cómo esperar que te deshagas en mí… si te ves más denso y pesado que las palabras?... no digas lo que eres, no quiero entenderlo, no. no quiero descubrirte, me da miedo lo que pueda encontrar, lo que estás ocultando… a mí. Se derrama mi alma a tu centro y me asusta. Suavemente, suave. Cierra los puños, fuerte y escóndete, porque no quiero ver lo que retienes. ¿Quién eres y donde estas, así no te encuentro?, yo no te digo quien soy, lo sabes. Espero doblar en una esquina perdiéndote entre la gente… que llegues justo cuando me estoy yendo. Que llegues tarde. Como yo.
Miente y di que no piensas en mi ni una vez al día, aunque mas no sea para olvidarme.
Miente y mira atrás porque… no hay nada allí adelante. ¿Cuándo vas a tomar forma? ¿Cuándo tu voz se tornará clara? Un par de ojos que miran, un par de manos que acarician, que tocan…y…. unos labios que no dicen nada… una foto sepia, una llave, una puerta, una burbuja de aire que no te da respiro, un suspiro, un aliento, un adiós. Respiro profundo, y no aguanto tanto aire, tanto vacio dentro mío. Después… después el vacio pierde volumen, y su forma… entonces llegará el instante en que no nos reconozcamos, y quizás allí me encuentres. En otros ojos, que no serán los míos, porque ya no seré yo. Es una posibilidad…. Todos tenían razón, y yo misma también la tenía, era claro que extrañaba a alguien, pero como no sabía a quién, no tenía importancia.



Dai

"nada posible es real, lo bello es real"


"Jamás cruzaron palabra. Pero eso le bastó para vivir en ella y por ella.Sin esperar recompensa."





Lautaro se despertó con ese calor sofocante que le comprimía la garganta todas las mañanas. Otra vez la había soñado, ni frágil, ni fuerte, ni feliz, ni triste… siempre era su imagen paralizada a traves del tiempo. Jamás la tocaba, y jamás se hubiera animado a hacerlo. Se destapó y corrió las sabanas, sabiendo que ese malestar general pasaría en unos minutos, cuando se hubiera ido a lavar los dientes, y pasara la etapa de mirarse las arrugas en el espejo. Su imagen se disiparía como si nunca hubiera pasado la noche con él en su cabeza.
Lo que podía hacer el amor, aunque sabía que no la amaba. Simplemente la adoraba, la idolatraba como a una virgen, como a una Diosa, como algo fuera de la tierra, fuera de lo humano, ella era inhumana. Era simplemente ella, era miel, musa, y casi hasta la mujer a la que le rezaba todas las noches pidiéndole clemencia por su propio amor. Aunque él sabía que no la amaba.
Impresiona como pueden engañar los ojos. Como aquel mirarla desde la cuadra de enfrente, como observarla desde su ventana colgando la ropa recién lavada, como viéndola cruzar la calle, subir las escaleras, haciendo círculos mágicos con sus delicadas manos al hablar, podían alcanzarle para vivir en su imagen hasta que los sucumbidos de su corazón decidieran dejarlo morir.
Su amor no podía menguar ni transformarse, no podía ser engañado, ni matado, ni vengado, ni reemplazado, no podía ser condenado al olvido, ni siquiera podía vivir. Era una brisa que no podía convertirse en viento, pero tampoco desaparecer. Era algo por lo que hubiera matado sin nacer.
Se retorció en la cama, y se odió por no poder suplantar prontamente ese sueño, que más que sueño era una pesadilla o un consuelo. ¿Ella había soñado lo mismo?... ¿acaso los sueños eran simples manifestaciones de nuestros pensares cotidianos, represiones, bloqueos, o eran puntos de encuentro para las almas que se pertenecían en la tierra? Ella no lo había soñado, ni lo soñaría, ¿para qué pensar? Ni hoy ni mañana le diría, jamás le diría nada, nunca. Era un amor sin recompensa y él lo entendía así. Implicarse, confesarse, amarse era condenar el amor al riesgo de perderse. Al fracaso, al descuido, a la vaporización de ideas, y musas y flores. Era condenarse y no lo haría. La amaría en silencio por siempre y para siempre pero amaría al final. Y viviría como moriría… amándola.
Ni siquiera conocía sus gustos, sus encantos, sus caprichos, sólo sabía que era ella. Hay una única mujer/alma que nos completa y es singular no plural. Una única mujer que juntaba todas las virtudes que un hombre soñaba… así que no podía ser otra más que ella. Prefería amarla desde lejos, que amarla y perderla y no amarla otra vez. Era demasiado el riesgo, demasiado al dolor que la expondría, demasiado y triste para los dos.
Tosió y se reincorporó. Sabiendo que el día había comenzado. Y se marchó.
Impresiona como pueden engañar los ojos. Como aquel mirarla desde la cuadra de enfrente, como observarla desde su ventana colgando la ropa recién lavada, como viéndola cruzar la calle, subir las escaleras, haciendo círculos mágicos con sus delicadas manos al hablar podían alcanzarle para vivir en su imagen hasta que los sucumbidos de su corazón decidieran dejarlo morir...

Sin saber que ella estaba haciendo lo mismo.


Dai.