jueves, 27 de mayo de 2010

Entrando la noche.

Quizás porque no tengo una excelencia académica, o porque no soy lo suficientemente "importante"(considerando lo que eso pueda llegar a ser en tu mundo)
no significa que no merezca la suavidad aterciopelada de tu cabello castaño
y es indignante la forma en q nos tratamos. Conmemorando situaciones vacías que fijan nuestros días, pero totalmente carentes de algún sentido para ambos,,,
y es que quizás no soy "tu tipo", no tengo dotes que se destaquen entre otras mujeres
ni mayores diferencia que las demás, pero se que aun así sería una buena mujer por seguir a mi corazón y no a mi instinto, ni a mi razón por subsistir frente a una sociedad que te daña, como alguna vez lo dijiste.
Porque ayer ordenando el desmán de ropa sucia de mi placard, y sacando bolsas de papeles escritos que nunca llegaron a guardarse porque eran dignos de tirar a la basura, me di cuenta de la desesperación que me invadió por dejarlo todo y salir a buscarte. Cuestionándome una y otra y otra vez si era algo coherente.
Pero me di cuenta de que nada, absolutamente NADA de lo que hago se vuelca de lógica en mi vida. y es que hasta a veces puedo creer que todo es una película cinematográfica, y que pronto voy a despertar de todo esto. (Quizás solo fueron secuelas de la película the Truman show.)
¿A quien no le pareció increíblemente parecida a la realidad?. Pero entonces entendí que ese era mi problema, el duelo conflictivo de mi alma por vivir en la realidad o escapar a la fantasía.
Una fantasía cómoda y acolchonada donde puedo relajar mi cabeza unos segundos y sentirme placenteramente bien, mientras que al mismo tiempo puedo percibir la exasperación que producen los sucumbidos de mi corazón, al sentir q todo aquello es "irreal", y que jamás van a tomar posesión en un mundo verdadero.
Porque la vida es así, cruel y cruda por lapsos, vacía por largos días, y quizás hasta inesperada en los mejores momentos, (si las consideramos como sorpresas)
Aquellas que hasta nos pueden sacar una sonrisa.
Pero vivo cada día como el anterior, porque cada día pienso en lo que podría hacer contigo si estuvieras aquí, porque no puedo levantarme de mi cama sin dejar la huella en la almohada de que horas antes estabas enterrado en esa misma funda apoderándote de cada uno de mis sueños.
y cada día cruzo el umbral de mi puerta para irme con esa sensación que dejo en el espejo del ascensor, y digo: “Es todo una mierda” y me consuelo en mi propia mirada
Haciendo esa sonrisa compradora que nunca es realmente sincera (esas sonrisas son solo para ti), y sigo mi camino pisando cada baldosa y recordándome constantemente que nunca te tendré.
y llego a destino, con mi mejor ánimo de cada mañana, y le regalo una sonrisa al día y después todo se dispersa como si no te quisiera y luego entrando la noche, y viendo las cortinas desparramase por el viento en mi habitación, vuelvo a decaer preguntándome una y otra y otra vez las misma pregunta incontestable de todos los días: ¿Por qué no te tengo?

DG


domingo, 23 de mayo de 2010

Tan acostumbrado a no ser.


"Saber elegir lo que cuesta más, No cualquiera suma sin restar"




Sentirse solo entre tantos ya es… dejar de existir. Creer que del otro lado del mundo en aquel lugar tan cerca, y tan lejos, se alojan los ojos de mi desdicha. La pérdida de tu boca. La adicción de tus besos…. Me enferma, pego mi cara contra el cristal y ni siquiera eso puede sentirme más cerca de tus manos. Y tú en otro lado, se que piensas en mi. No sé si ahora ni hoy, quizás pensaste ayer, o algún día… quizás mañana. Tal vez entre el espeso hedor del humo del cigarrillo, entre una nube gris y trasparente me encuentres, se filtre mi imagen, se llenen los recuerdos. Y luego junto con el humo desaparezcan, se desvanezcan frente a tu cara. Grácil movimiento de tu boca. Ríes, piensas la próxima jugada. Ríes otra vez. Una carta se desplaza por la mesa. Pierdes. ... haces movimientos, pagas apuestas. Sigues. El movimiento oscilatorio de tus manos, sujetan un vaso y bebes. Te pierdes en el juego, la mesa, tu pensamiento se distrae, no existo yo, ella tampoco. Nada. El juego.
Te pierdes, tu mirada decae, te pierdes. Distorsionas la juagada que acaba de comenzar. Otra vez alguien dice algo y ríes, jocoso, risueño, real, como si nada, como si ningún problema azotara tu débil existencia y ríes más. Casi trabas la juagada. La risa no llega a tus ojos. Ellos lloran, ellos jamás ríen. Jamás. Algo te recuerda a una sonrisa lejana. ¿Una mujer?, otra vez, otra vez es ella. La piensas. La tienes. No, no la tienes. Ella. ¿Dónde estará?... ¡el juego! Otra carta se desliza por la mesa, y te apresuras a hacer tu próxima jugada. Pierdes.
Esta vez no podrá contigo. Te apresuras a repartir las cartas. Sumas vidas, restas muertes. Calculas, lo piensas, en tu maquinal mente ya no existen más que las cartas, el juego, las apuestas. Bebes otra vez. Corazones, tréboles y reyes se mueven rápidamente frente a tus ojos. Lo piensas más, y de pronto algo te zumba en los oídos, una crítica, algo desagradable sobre mí, ahí está. Perfectamente colocado. Y piensas “estaba loco, que difícil hubiera sido”. Y entonces, juegas, juegas otra vez. Te dejas llevar por las cartas, eres las cartas, y ganas. Y ganas, y pierdes. Porque eres tan perdedor, que ni siquiera cundo ganas lo ves.


DG

sábado, 22 de mayo de 2010

Falso paraíso

"La mayoría de las veces estoy en la oscuridad misma de mi deseo; no sé lo que quiero. El propio bien me resulta un mal; lleno de resonancias, vivo golpe a golpe: estoy en tinieblas. Pero también a veces hay otra noche: solo, en posición de meditación(¿es tal vez un papel que me asigno?), pienso en el otro con calma, tal como es; Suspendo toda interpretación; entro en la noche del absurdo; el deseo continúa vibrando (la oscuridad es translucida), pero no quiero comprender nada; es la noche del no-beneficio, Del gasto sutil, invisible: Estoy a oscuras, estoy ahí, instalado simple y apaciblemente en el interior negro del amor."



Miró por el vidrio. Llovía, era triste la imagen que se reflejaba en el cristal, ya no se reconocía. Ya no tenía ningún sentido. Pensó en una promesa, un juramento para volver a ser quien era. Nada parecía consolarla. Se perdía en sí misma. Su único fin: Desaparecer. Volar. Trasmutar la noche oscura, patética, triste. Desgarrándose en un sinfín de momentos que luchaba para arrancarse de la memoria. O peor aún, del corazón. Perdía sus sentidos de pertenencia, ya nada, nada le pertenecía.
La usencia: Un agujero en medio de la nada. Un vacio que se gesta en la mirada, un cuidado que no está más que para marear los espacios nauseabundos en su corazón. Espasmos y desmayos intermitentes que se funden en sus lágrimas para remarcar lo sola que estaba, porque no solo estaba ausente de algo, sino que al no tenerlo, no tenía nada. ¿Quién está ausente si no hay nadie? ¿A quién llorarle cuando lo único que hay es lo que no hay?
Todo lo que tenía era lo que no tenía. Nada
Cruel y andrajoso destino, en donde se sumergía en busca de la felicidad.
Cronograma de horas perdidas, crucigramas de encuentros.
Realidades que bifurcan los caminos que la encuentran.
Rápido olvido que se bebe como poción, poción de a gotas que lo olvidan y se pierde en lo que es, o ¿por lo que era se perdía? No importa. Ya encontrarse parece el camino más largo, el más difícil. Quizás ya no quiera encontrarse, porque eso… eso… la deja con ella. Y ahora quería estar sin ella, sin él…sin nada.



DG

jueves, 20 de mayo de 2010

En qué distraer mi inconformidad.

"Por todas partes fui buscando en qué distraer
mi inconformidad, e iba de buena fe, anheloso
de renovar mi vida y de rescatarme a la perversión;
pero dondequiera que puse mi esperanza
hallé lamentables vacíos, embellecidos por la
fantasía y repudiado por el desencanto. Y así,
engañándome con mi propia verdad, logré
conocer todas las pasiones y sufro su hastío,
y prosigo desorientado, caricatureando el "ideal"
para sugestionarme con el pensamiento de que estoy
cercano a la redención."




Puede que veas el amor en frente tuyo y que no lo reconozcas, simplemente
porque no lo conoces. No.
Puede que crea que el mejor beso sea el segundo, el pensado, el racional, pero que aún así sea igual que el primero, cargado de dualidades y realidades. El que no supimos superar.
Puede que llegues, pero nunca llegues a mi vida.
Puede que sepa que te preguntaras que hubiera sido tu vida conmigo. y como y que triste será sin mi.
Puede que piense en tus manos, puede.
Puede que el sentimiento más triste de tener en este momento es que además de saber que eres real, no puedo tenerte.
Puede que no pueda siquiera pensar en el futuro, porque es muy triste un futuro sin ti.
Puede que tenga miedo de tenerte, pero aun más miedo a no tenerte.
Puede que piensa que lo mejor, lo correcto es cancelarte.
Puede que siempre haya sentido que eramos álmas unicas, unidas de otras vidas.
Puede que crea que estas ciego.
Puede que te quiera tanto que no pueda más que dejarte ir para ver si regresas.
Puede que siempre vea tu reflejo. No a ti. Como tu haces conmigo.
Puede que desee retornar a un pasado en donde no llegue tarde. En donde no me hayas olvidado.
Puede que crea que siempre me remplazarás.
Puede que entienda que tu "siempre" tiene limites de tiempo. cuando yo me lo tomo demasiado en serio.
Puede que te crea cobarde.
Puede que crea que estas viviendo más en el futuro que en el presente. ¿todavía no sabes que hoy es lo unico que tienes y que si no resulves tu presente jamás tendras un futuro ideal, porque es infantil pensar que el tiempo aplaca los problemas y que en un futuro va ser diferente?
Puede que sepa que no olvidas sino que evades.
Puede que hoy le llore a tu asuente.
Puede que le tenga miedo a la infelicidad permanente, o a la felicidad sin ti.

Nunca debiste ser tu. Puede.


DG

domingo, 9 de mayo de 2010

"Lo que el mundo tiene por locura, yo lo tengo por verdad"

“Somos seres humanos, nacemos llenos de culpas, nos da miedo cuando la felicidad se trasforma en algo posible, y morimos queriendo castigar a los demás porque siempre sentimos impotencia, injustica, infelicidad. Pagar por tus pecados, y poder castigar a los pecadores, ah ¿no es una delicia? Sí, es genial.



si hay algo que me enorgullece de mí, es que sé que vivo. Me doy valor, me reconozco en cada cosa, y hago de cada cosa un poco de mí. Todo es uno y uno es todo. Cada planta, flor, pétalo, pequeña, grande sé que siente las caricias que le ofrezco, aún aunque esté inanimada, contemplarla, y abrazarla se que la hace feliz. Cada pequeña cosa ama y odio, y siente como cada persona aquí.
A veces me despierto con esa sensación de acariciar una mejilla, de abrazar a alguien, cualquier sea hombre o mujer, se que necesito dar esa clase de amor, porque es lo que me hace lo que soy. Beso a mi gata, a mis perros porque son las criaturas más cercanas que tiene mi alma cuando despierta.
Sé que vivo la mayor parte de mi vida, sin saber exactamente el motivo que me impulsa a estar aquí. Leo, intento, busco, pero en realidad todos caemos en esa incertidumbre que da la inercia que majea nuestras vidas. Tengo tantas conclusiones de los” porqués” que a veces entiendo que quizás conocer, no hace el comprender exactamente. Cada uno de nosotros mismos puede conocer todo sin comprender nada, y eso en realidad, nos hace despreciar un sentimiento, porque por más que conózcasenos la verdad y autenticidad de cada cosa, no podríamos ni asimilarla ni sentirla plenamente, porque no podríamos verlas como parte de un mismo todo. Jamás. Estamos absortos, y detenidos en los problemas, en nosotros mismos, que apenas si podemos contemplar cómo se devuelve el mundo, los ruidos, los sabores, el cielo, las nubes, las hojas amarillas que tanto me gustan mirar por estas épocas. No detenemos.
Miraba por la ventana y veía como una telaraña oscilaba entre sus bordes, me detuve en ella pues el movimiento de la araña tejiendo su trampa llamó a mi atención. Tenía que dormir y la telaraña oscilaba delicadamente sobre mi cabeza. No era cómodo dormir pensando en que la misma que era de un tamaño considerable iba a hacerme daño, pero no quería molestarla e incómodamente me dormí. Sé que era insignificante, sé que no debería preocuparme, pero lo hago porque siento que en algún punto, siente y me pertenece a mí. Soy responsable por su dolor si llegara a lastimarla.
Me levanté, saludé a mi pequeño animalito, lo alcé en mi cama y subí mi vista para contemplar como la telaraña inmóvil estaba aun ahí, sin su creadora. La misma no estaba. Empecé a buscarla entre mis sabanas, fue casi lo primero que se me ocurrió, pero no estaba. Descubrí más tarde a mi desgano que mi perrita estaba jugando con la araña en la cama y la había matado. La reté, me sentí mal por ella, porque quisiera o no había tratado de cuidarla, y no lo había hecho demasiado bien. Estaba mal por la araña, pero exteriormente como todo, mi vida seguía como si por mi cuerpo ni pasara absolutamente nada, yo había pasado una noche incomoda preocupándome por ella pero ella tenía definitivamente que morir.
Al medio día, estaba estudiando y algo llamó a mi atención. Un pájaro se posó en el jardín en la ventana, había mucho silencio a mí alrededor, todos dormían la siesta. El pájaro cantó madia hora aproximadamente, en la misma rama. Me detuve esos mismos minutos a contemplarlo a escucharlo, mirarlo tan cerca que lo tenía.
Esas cosas, son las que yo siento como pequeños regalos, me sentí de alguna manera reconfortada. Algo bueno y algo malo quizás equilibraban un poco más mi mundo.
Son esas cosas en las que no nos detenemos, cuando digo que hay mucha belleza en el mundo, es porque realmente la hay, yo creo que la hay. En las cosas más simples, más sencillas, y menos complejas, las hay.
El ser humano y me incluyo. Se detiene todo el tiempo, en todas las cosas que perturban al mundo. En los egos que mueven a cada persona y ser. No ven la belleza de las cosas. Cosas en cadena. Estamos tan absortos en nuestro mundo estructurado y estipulado que jamás nos detenemos en el sonido de un pájaro, en la araña que con tanto esfuerzo trabajo para llegar a donde está, en las plantas, las flores, de cada cosa nacen y necesita del amor. Creo que el ser humano, tendría que dejar de “ser” para empezar a sentir como lo que “es”.
Vivir la vida plenamente, arriesgarse, amar, afrontar los miedos, las dependidas, llorar y luego amanecer bien… reconocernos es lo que nos hace personas VIVAS.
El mundo posee belleza pero es a mi criterio es bastante cruel. Sentir felicidad, y vivir con la misma en este mundo es saber seguir. Detenerse solo nos quita experiencias, formas y maneras de comprender los porque.

“¿Qué es lo más importante de esta vida? ¿Vivir o fingir que he vivido?”


DG

miércoles, 5 de mayo de 2010

lo que queremos...¿lo qué queremos?

Es esa condición de la mente humana, en la que toda la “felicidad plena”, la meta de la vida, se basa en cosas, que a la largo o a la corta quien se lo propone la alcanza.

Ese deseo de crecer, de estudiar, de formar una familia, de tener esa casa que siempre imaginamos, la cocina grande, las habitaciones cómodas, calidas, nuestro propio lugar, nuestras propias cosas, después nuestros hijos, nuestro auto, todo lo que queremos que nos pertenezca. Pasamos quizás un cuarto de vida, más o menos promediando buscando aquellas cosas hasta alcanzarlas.
Algunas personas sabias a mi criterio, se toman su tiempo para encontrar a ESA persona
Que será acreedora de toda nuestra admiración, nuestro respeto, de todo nuestro amor.
Aquella o aquel que sería perfecto para acompañarnos en el camino de la vida.
Inquieren a aquella persona con la que buscaran posteriormente esa relación a la que juntos quieren llegar. ¿no? Algunos pasan años, quizás más de los imaginados o idealizados para encontrarla, pero al fin y al cabo, lo hacen. Cuesta, pero al final (frase trillada por las madres) “todo llega”, cuando ya nos habíamos casi dado por vencidos… llega
Hay otras personas que quizás con una visión en la “relación” que quieren en base a todo aquello busquen posteriormente la persona perfecta para cumplir aquel rol. El rol que les quedaría “ideal” en la relación que ellos quieren. Como si acomodaran pequeñas piezas en un tablero de ajedrez, algunos lugares no se completarían, pero el juego comenzaría igual, porque así dispusimos las fichas, y es a ese juego y a ese tablero al cual queremos pertenecer, no a otro con todas sus fichas correspondientes, sino a ese mismo. ¡No queremos esperar más que lo que estaba proyectado en nuestros planes!
¿No sería indicado primero buscar a la persona y después la relación que queremos tener?
Yo creo que me encuentro dentro de esas personas, cosa que me lleva a la encantadora ley que dicta que no buscaría ningún tipo de relación de ninguna clase si primero no encuentro a LA persona con la que estaría dispuesta a compartir mi vida, a vivir mi vida, a formar y llegar a tener todo aquello que quiero lograr. Aun aunque tenga que esperar, años muchos, para encontrarla. No me conformo con personas que podrían llegar a desatar un exacto rol en mi tablero, no elijo a quien mejor, o más apto esté para jugar, elijo a quien más características tenga para desenlazar un buen juego, aun si sea el ganador o el perdedor del mismo.
Quizás es un tema que saco, porque veo a muchas personas que realmente están dispuestas a atarse (con todo lo que aquello conlleva) a personas que no desempeñarían ningún buen rol pero los acercan más a ganar el juego, a comenzarlo, a conseguir la meta al fin.
Mi pregunta tal vez sería. ¿Si ganan el juego demasiado rápido, no sería aburrido después? o quizás preguntarnos ¿si se supiera que perder es imposible valdría la pena seguir jugando? ¿Sería acaso emocionante? Lo único que quizás quiero expresar, es que estoy en contra de esa “conformidad” que se generan las personas porque están “cómodas” para proyectar o planear toda una vida, y dejar su felicidad en manos de alguien, que quizás no la sepa cuidar, o que quizás a la larga los aburra. Y todo lo que en un principio parecía maravilloso, y novedoso, quizás todo lo que proyectamos en esa persona de nosotros en un principio no sea lo de “después”, y entonces después caiga en la rutina de saber que no estamos con la personas MAS indicada, y que si bien genera un buen rol en al escena no genera un buen ron en nuestra vida para no cansarnos.
A veces la emoción inicial de conseguir todas las cosas que deseamos en un principio, aquella casa, el auto, la familia, los hijos, después cuando se asiente y pase a ser costumbre en nuestras vidas nos llegue a aburrir si no se esta con una persona indicada.

¿Qué es lo que crudamente veo hoy por hoy? Las personas se casan, conviven, se aburren, tienen hijos, crecen los hijos se van de la casa, se aburren, compran propiedades o bienes para entretenerse pero… se aburren, se separan o siguen su vida aburridos. Es algo totalmente crudo de muchas cosas que veo. Pero quizás es real, no digo que sea así, no lo viví, pero….
Nunca vi una pareja perfecta, no existe, pero el hecho de tener sus imperfecciones es lo que la acerca quizás un poco al equilibrio perfecto, y a la perfección pero vi y conozco muchas parejas aburridas de su vida, de la vida que ellas mismas eligieron y que con tanto anhelo buscaron en un comienzo, desde un principio. Decir que la vida se resume a eso también es aburrido, y vacío. Por eso podría llegar a decir que no me motiva, la relación a la que aspiro, a lo que quiero llegar, a la casa, el auto, los hijos, me motiva el hecho de encontrar un alma, entre una ciudad llena de miles de almas, y salir todos los días, y caminar por la vereda, sabiendo que sea como sea mi vida, solitaria o acompañada voy a tener la capacidad y la paciencia para espera a aquella persona que SE que tarde o temprano va a llenar mi vida, porque es IDEAL para aquello, porque es lo que siempre quise, lo que siempre busque, y porque lo espere, porque no me conforme es que voy a llegar a mi meta ¿no? … yo lo quiero creer así.


"La vida siemrpe nos da lo que pedimos, pero tal vez lo que pedimos al final no es lo que queremos"


DG

domingo, 2 de mayo de 2010

No podemos tener miedo de los océanos que nos sumergimos por nuestra propia voluntad

“La vida es a veces muy avara: la gente pasa días, semanas, meses y años sin sentir nada nuevo. Sin embargo, una vez que abre una puerta, una verdadera avalancha entra por el espacio abierto. En un momento no tienes nada, y al momento siguiente tienes más de lo que puedes aceptar”



Cada día a cada hora, en cada calle recorrida, en cada baldosa pisada, en cada camino caminado, estamos marcando nuestro destino.
Hoy no tenemos nada, pero es el espacio que se forma, el silencio que se fomenta, la calma que se acumula después de una tormenta. Las leves brisas se levantan antes de cualquier viento fuerte.
Cada palabra dicha, dicha o no, está marcando un destino. Cada aguja, cada manivela del reloj marca el segundo sentenciado para cada uno de nuestros momentos pautados. Cada pequeña región de nuestro cuerpo hace ademán de lo que pronto sucederá.
Hoy no tenemos nada, pero lo anhelamos, y cuando lo tenemos. Quizás no lo queramos.
Nos acostumbramos tanto a vivir así que aceptar el viento, aceptar al cambio, declive en nuestro destino, lo hace más grande lo embellece… pero nos sentimos incómodos frente a ese sentimiento porque no lo hemos conocido antes, es raro, confuso, difuso, a penas si creemos ver alguna luz en el fondo, pero apenas. Aquello es lo “mejor”, pero no quiere decir que aquello sea “bueno” lo mejor y lo bueno son conceptos opuestos, pero aun así, seguir alguno de los dos, detona romper con estructuras formuladas antes de vivir con lo que queríamos y nos opacamos, nos acobardamos, nos da miedo todo aquello que nos puede hacer feliz. Porque vivimos infelices tanto tiempo, que algo opuesto a nuestra propia manera de vivir, nos desconcierta. Tenemos miedo. Tenemos miedo a no sufrir.




DG