domingo, 20 de marzo de 2011

“porque el que mucho sufrió mucho sufrió, pero no necesariamente, mucho amó.”


“El amor no es, entonces, ni magia ni suerte, no es algo que nos toca o no nos toca (como si los vínculos humanos fueran un juego de azar). El amor es fruto de una actitud responsable ante el otro.”





Y así esperaré a que te vayas como quien espera que la muerte le bese los labios.
Con las sombras que se parecen a ti deambulará mi alma perdida.
Viviré con la única razón de tu ausencia, con el único motivo de tu adiós.
¿Pero cómo vivir sin ti, cuando vivir no se hace más que una agonía?
Cierro los ojos, durmiendo de día, con las pupilas en el corazón y logro verte, casi difuso como un recuerdo distante, como un papel quemado, como uno más de mis atardeceres marchitos. Sin sonrisa… igual que yo.
Con el orgullo ahogándote, marcándote las venas, llenando de sangre tus ojos, dejando vacio el corazón.
Seguiré sosteniendo mi idea. Porque no hay forma de arrancarla de mi. Si la idea es un virus… entonces ya invadió todo de mí. Lo único que nos queda es la cobardía de no buscarnos. De no buscarnos.
Las miradas que no fueron dichas, y las palabras que nunca dirás. No hay motivos para pedir perdón, tampoco para disculparnos.
Fuimos, somos, y seremos dos, aunque en el fondo todo y nada sea igual. Todo y nada sea uno.
Tomaremos trenes, caminaremos de prisa, viajaremos a lugares remotos, y nos veremos en los reflejos de los demás, en todos y en ninguno.
Y todas las mañanas nos diremos adiós, recordando que nunca nos dijimos “hola”.
Y me recordaras…
Y te recordare…
Siempre… a la distancia.
“cada vez son más tristes las historias de amor”