Hace tres meses decidí que me gustaba la fotografía. Siempre necesitaba tener una cámara para poder tomar fotos de todo lo hermoso que veo en el mundo, de esa belleza que lastima. Pero entendí que no podía tomar en una simple foto la belleza de las cosas que podía percibir, porque algunas aleatorias se mueven con el viento y es lo que las hace más hermosas. Las plantas, las flores, los ojos, las caras, las muecas, las risas, las manos, el pasto, los pájaros, los animales, las baldosas, los árboles, las casas, los labios, la luna, la noche. Todo estaba inundado de una belleza tal que no podía simplemente tomar un foto exacta en donde se desenvolviera con plenitud esa belleza que podía percibir, simplemente por el hecho de observar detenerme a mirar… (no todo el mundo lo hace) y descubrí que hay magia en el viento, en cada cosa, hay magia. Y no, no puedo capturar esa esencia. Quería algo más algo que las deje estáticas en el tiempo para cuando quisiera verlas nuevamente… y ahora entiendo que lo hermoso de la magia del mundo en la observación, no se captura ni se entiende, tampoco se retrata la belleza porque nunca es igual que como la concebimos. La belleza al igual que cada cosa en la vida, se vive y la misma es efímera, y así de efímera como es, es también perfecta. "Aunque te parezca extraño el mundo se desenvuelve tal y como debe" (me resulta incompresible)
DG
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