miércoles, 28 de mayo de 2014

Un hombre para una mujer.


"Todo este exceso de contacto no hace sino revelar al sujeto su más autentica soledad, evitando el riesgo del verdadero encuentro"







Y surge una única pregunta ¿Qué es un hombre? ¿Qué es lo que un hombre es? Más allá de los significantes, ¿Qué es? ¿Un hombre que anuncia?, ¿Qué es enunciado?, ¿que denuncia aquello que es una mujer?
Un hombre no sería hombre sin alguien que lo nombre como tal, como una mujer no devendría mujer sin haber pasado por un hombre.
Un hombre para una mujer son recortes, partes, retozos que constituyen la solidez unificada, de una fragmentación de trozos que construyen un cuerpo para constituirlo como HOMBRE.
Ni más ni menos, son momentos de silencios, de risas, gestos diminutos, un pequeño brillo en la nariz, aquella pequeña marca, aquel lunar, los dientes, los ojos, los parpados, las cejas, las manos, los dedos. Los gestos, los hechos, los momentos de historia, fundamentalmente las palabras, la voz, aquello que marca que hay algo hablante, algo que dice, algo que delimita lo corporal, los recortes, que le pone canción a los pedazos, melodía.  Algo que vemos y en esa mirada unificamos.
Algo que amamos porque nos amamos a nosotras mismas, nostras las mujeres. Aquello visto en nosotras que se reflecta en lo que amamos de un hombre, lo que aheleamos del otro, lo que quisiéramos ser. Todo eso es un hombre para una mujer, eso que queremos porque nos queremos, eso que vemos unido porque antes hemos unido nuestros pedazos. Aquello que proyectamos con nuestra falta. Aquello que marca nuestra falta, que la detona, que la menciona, que la desgarra.
“No hay relación sexual” Dice Lacan; no hay complementariedad, no hay completud, no hay palabras que permitan el entendimiento, pero hay un hombre y una mujer mirándose,  reflejándose, refractándose, y eso no sería posible, si determinados puntos de luz  no divergieran y convergieran en un punto que los una, produciendo allí una imagen ilusoria de lo que queremos ver, una imagen allí donde antes no había nada,  Y eso… produce el milagro.
¿Qué es un hombre? ¿Qué es un hombre para una mujer? Es la falta y la completud, la sangre, la ausencia y la presencia, la oscilación, la complementariedad, la verdad, la mentira, la voz.
Es lo que no comprendemos, lo que no entendemos, lo místico, lo hermoso. Lo que habla de nuestra carencia, y lo que habla de nuestra riqueza.
Un hombre es un amor, un amor hacia uno mismo, un amor a Dios, un amor al mundo.

Un hombre Es.


Dai. 

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