
“No hay un hombre que supere a la versión que de ese hombre da la mujer que lo quiere; ni existe mujer tan bella, ni existe mujer tan pura como la que se figura el hombre que piensa en ella. Por eso, al estarte amando, si con un amor te quiero, con otro te estoy creando, y tú, en el amor que sientas, si con un querer me quieres, con otro querer me inventas”.
Día dos: Es cierto que la idealización juega un papel muy grande a la hora de interesarnos o enamorarnos de alguien. El hecho de no conocer deja un espacio para idealizar, cosa que considero muy importante. La idealización (no en todos los sentidos) es fundamental debido a que ponemos en una persona “cualidades” que logran hacerla nuestro “ideal”. Colocamos, a mi parecer, una idea que encaja perfecta con ese hombre o esa mujer, y la acomodamos perfectamente a esa imagen para hacerla semejante a nuestros requisitos. Encontrando en ella/él, ese sentido que nos dice que la idea es real, que existe y que ese "ser única/o" como la/o vemos es el hecho que la/o hace todavía más especial. Corroboramos a la vez que esa “idea” flotando en el espacio de nuestro pensamiento existe, y que no es totalmente utópica.
Embellecemos inconscientemente la figura como la queremos, porque así lo queremos, elegimos embellecer a esa figura y no a otra.
¿Pero qué pasa cuando a medida que conocemos nos damos cuenta que todo aquello que figuramos “ideal” no son más que simples ilusiones del pensamiento?
Por supuesto, el lugar donde alojamos esa idea muere, pero la misma idea no muere, está, siempre va estar. La idea se queda aunque la persona se vaya. No la idea de la misma persona en sí. La idea de ese “ideal” que queremos para nosotros mismos, la idea de esas cualidades especificas que queremos en un hombre o en una mujer.
En lo que a mi concierne la idealización es un paso hacia una relación, una puerta, una manera de ver que todo aquello que deseamos se sitúa en una sola persona, en una sola mujer, en un sólo hombre. Por supuesto el día a día, los encontronazos de la vida cotidiana y demás nos demuestran que si bien en parte la persona que hemos elegido conlleva de alguna manera los “requisitos” que necesitamos y queremos para ser felices, parte de ella/él es diferente, y así tomamos una idea más REAL de la persona en cuestión. Quedándonos no sólo con sus virtudes sino también con sus defectos e imperfecciones. Cosa que a mi criterio logra hacerla/o más humana/o, más real, y si se quiere aun más perfecta/o.
DG
No hay comentarios:
Publicar un comentario