
Día cuatro: Mi corazón no da razones por más que se las pida: Hoy quiero y tengo la necesidad de hablar mí, de lo que siento de lo que creo que soy:
Soy una simple mujer, sin nada en especial, tengo muchas falencias y muchas vulnerabilidades. Tengo muchos sueños desde muy chica, y soy consciente y siempre lo fui que no voy a cumplir ni la mitad de todo lo que quiero hacer, o lo que quiero conseguir para mi vida. Aunque me basta si consigo las que considero esenciales, primordiales, para ser feliz. Desde que tengo uso de razón, y mientas otras nenas jugaban a determinados juegos, y tenían en sus mentes otras ocupaciones, yo estaba fascinada con el amor, con la “idea” de todo lo que eso conllevaba, estaba atrapada en una fantasía que me maravillaba por la entrega que ofrecía y la magia que envolvía el sentimiento. El príncipe, la princesa, la lucha y la pelea por ese simple hecho y al término, el final feliz… y esa idea era todo lo que tenía.
A medida que fui creciendo adopte una idea más real de lo que el amor significaba, ya no había príncipes, sino hombres y las princesas de los cuentos ya no eran precisamente “princesas”, y algunas se quedaban muy lejos de llegar a ser mujeres. En ese mundo tampoco me encontraba del todo cómoda. A veces en cierto punto intimidaban mis ideas por ser más grandes que lo general de la vida, y lo general del amor.
Lo que yo era o creía ser no encajaba tan bien con las formas de desenvolverse que poseía la sociedad. Y a la vez, no me molestaba era muy conocedora que yo quería ser así, cuanto más diferente era del resto más me gustaba. Sentía que no era igual, y eso me reconfortaba de alguna extraña manera.
El amor aunque sueñe extraño y me sienta muy raro al decirlo, es lo que desde los primerísimos comienzos de mi vida, le dio un fin, un “algo” a lo que aspirar y por lo que luchar, le dio un eje y una brújula a mi vida, que no siempre marcó el norte. y a lo largo del recorrido fueron muchas las desilusiones y derrotas por encontrarlo, la resignación y el volver a comenzar, y saber que el miedo no tenía lugar en la prueva de la pelea que empleaba, en el fondo, con algún fin. Ponderaba más el hecho de intentar, descubrir el amor en esa persona, que el hecho del fracaso y la desilucion cuando entendía que no era lo que yo busbcaba. Y quizás me sienta un poco mediocre teniendo en cuenta, que sinceramente muy en lo profundo se que el amor es lo único que considero importante en la vida. Y lo complejo de mi, que aun todavía ni yo tengo redefinido exactamente qué significa, porque no busco en sí, el amor por medio o intermediario de un hombre, busco el amor más esencial. Y se me hace complicado redefinirlo. Es algo más puro pero tampoco tiene forma, ni nombre. Es complejo, y a la vez creo que parte de mi siente que lo va a encontrar en una persona. Y quizás no. Quizás las ideas se alojen en otras formas, que no puedo apreciar con total claridad todavía, porque aun no es el momento de que lo haga, o porque me falta madurar muchas ideas… no lo sé… a veces soy compleja hasta para mí, aunque intente ser simple.
DG
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