miércoles, 3 de marzo de 2010

Ahora que regreso a los lugares de donde quise huir

"Ella soñará un verso que él nunca escuchará. Él no trepará sus trenzas una noche de invierno. Ella soñará un viaje y no habrá despedidas. Ni canciones de amor, ni Capuleto y Montesco. Crecerán y en la espuma del tiempo se deshacen sus sueños. No quedará ni un recuerdo, ni en la noche un lamento. Quizá una leve herida que lavará el olvido o el agua de la clepsidra"


Día 3: Hay una frase muy cierta de Ismael Serrano que dice “la excusa más cobarde es culpar al destino” Es tan natural hacer de nuestra vida una sucesión de hechos y momento sin razón de ser, con el único objetivo de acontecer en nuestro espacio y ver como los segundo se escurren tras la nada de momentos vacíos, ya que no les damos ningún valor. Y así dejamos a la vida o a ese llamado” destino” que quizás es inexistente) actuar y decidir por nosotros, porque sabemos que hacer algo sin el destino es elegir, pero paradójicamente sino elegimos nada, ya de por sí estamos haciendo una elección. Y aun así dejamos nuestras vidas en las manos del azar. En mi opinión no se cuan desacertado está hacerlo y cuanto no, supongo que cuando las cosas nos subyugan de una manera tal que no podemos resolver con claridad, el vaso se desborda, y la mejor manera que tenemos para “solucionar” determinado problema es esquivándolo, cerrándonos en nosotros mismos y actuar de manera tal, que ya no tengamos que proceder en la solución de ese problema sino que dejamos nuestro “destino” en las manos de la suerte



DG

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