
Me levanto temprano 5:30. Como de costumbre me pongo en esa contenedora posición fetal en donde me resguardo, abrazo la almohada, me desperezo y sonrío. Es un gesto que realizo cada mañana. No se por qué exactamente.
Tomo el colectivo, saludo al conductor alto y cordial, me devuelve una sonrisa, sonrisa que aprecio (no es muy usual que la gente te sonría tan temprano) escucho música, miro el cielo, todavía hay unas pequeñas estrellas, no amaneció. Luego… observo, y escribo las ideas… miro cada rostro, cada mirada, como las personas se mueve con esa inercia que da la vida, y va a los trabajos, a las escuelas, a los estudios. Yo me incluyo formo parte de esa inercia, de esa sociedad, de ese sistema. No se por qué a la mañana mi mente siempre esta despierta para reflexionar, para pensar claramente, es como si al despertarme también se despertara esa parte de mi cabeza que quiere corregirlo todo, arreglar al mundo y piensa. Y luego a medida que pasa el día amengua y se calma.
Generalmente observo, miradas, rostros… todo me resulta tan mecánico... Me enfoco en los ojos, ojos vacíos ojos callados, ojos muertos, sin alegría y sin transparencia. Es como si una costra de nada envolviera cada mirada ¿yo me veré igual? Pienso en eso… es como si reflotara de lo profundo…no me detengo en ese pensamiento ya, sigo mi observación.
A veces creo que vivimos porque vivimos, pero no sabemos por qué vivimos. Vivimos como animales, no por el simple acto de efectuar algún hecho, sino porque no conocemos, y no queremos conocer, lo ignoramos. Nos reproducimos, saciamos nuestros instintos, nuestras necesidades más básicas, tenemos ambiciones y demás pero de cosas vacías. ¿Y después qué más?¿que nos hace tan diferentes? ¿La razón?, no me alcanaza, aún eso es relativo.
Quizás nos replanteamos, qué hacemos, para qué estamos. Pero al final declinamos en la nada, y seguimos. Seguimos en la rutina que en realidad se envuelve de nada, nada tiene demasiado significado ni demasiado sentido sino se sabe por qué. Y caemos en la rutina, en los momentos que se repiten todos los días como si fueran fotografías instaladas en la retina que ya vimos ayer, y antes de ayer y la semana pasada… somos como pequeños ((yoes)) que forman a este sistema, cada uno motivado por la prisa de llegar a metas quizás inexistentes. Tal vez sólo exista el”hoy”… tal vez nada exista, pero dejamos pasar una y cada cosa todos los días ¿por estar absortos en cosas que todavía no pasaron?
Entonces pienso que no hay nada autentico en un término general, ni nada verdaderamente absoluto. Todos viven como muertos… ¿será que nacemos muertos y empezamos a vivir a medida que vamos recorriendo vida hasta despertar completamente?
Todas son pautas humanas, proyecciones futuras. Causa y consecuencia, hecho y efecto, y demás. Pero nadie se preocupa por vivir. Por sentir la vida, por descubrir un por qué. Y el mundo nos tapa y esconde la esencia de lo real, o lo legitimo. Al final la vida cae siempre en el mismo suplicio de seguir una rutina, para proyectar un futuro que quizás… mañana no exista … divago en mi mente…a… el futuro, ¿Qué es el futuro acaso? Es la línea de tiempo en una porción temporal que todavía no ha sucedido. Esa conjetura que sí, puede ser anticipada, especulada, calculada. Pero no es certero. Nada. Es irreal, completamente incierto creer o pensar en el después. Podemos proyectar porque es natural, pero…planear la vida ¡PLANEARLA! (y hago énfasis en la palabra porque tiene mucha importancia para mi) es completamente absurdo. No tiene sentido si apenas podemos estimar lo que pasará en este día, o lo que el destino pautara hoy para nosotros. Los seres humanos somos excelentes planeadores de TODO. Cada cosa, cada día, cada hora, estipulamos todo. Nos cegamos pensando en el mañana y ni siquiera sabemos por qué vivimos hoy. Creo que así la vida o el día a día se torna vacío, y después… después nos acostumbramos a vivir así. Planeándolo todo.
No podría vivir nunca de esa manera, y otra vez me desencuentro en algo más con el sistema… las sorpresas son lo más lindo de cada día, y siempre están. Pero creo que no aprendemos a “observar” entonces no podemos contemplarlas, y dejamos pasar el regalo que nos ofrece cada día, quizás es una mirada, una sonrisa especial… siempre se encuentra algo. No digo que las personas estén confundidas y yo bien. A veces creo que es muy por el contrario. Todo lo opuesto.
Miro por la ventana, todavía está oscuro, y me inquieta, me inquita mucho. Me siento incomoda no pudiéndolo entender del todo, o tener solamente escasas teorías al respecto de lo que la vida sería o tendría que ser. Quizás más imaginadas que reales. Y no se que estoy buscando exactamente pero me inquita. Me perturba en algún punto vivir, y no saber por qué estoy haciendo tal o cual cosa. ¿A eso se resume la vida? ¿A las metas generales que los seres humanos tienen con el dinero, la familia? ¿No hay algo más para cultivar?... quizás tendría que empezar a hablar de cosas metafísicas, o teorías formuladas desde mi razón de ser que no puedo enfocar desde otro ángulo.
Mi recorrido esta por finalizar y llego a la colusión de que tratemos como lo tratemos es algo bastante intratable, como fundamentar, por qué el corazón late por sí solo. Quizás es todo demasiado mágico para que lo pueda explicar. Llego a mi fin, y con ello también le doy un fin a mi observación, y como todos… sigo…
"Todos los hombres mueren, pero no todos realmente viven"
DG
No hay comentarios:
Publicar un comentario