miércoles, 8 de septiembre de 2010

"Que no se enoje la felicidad por considerarla mía."

"Todo principio no es mas que una continuación..."





Hoy, vamos hacer el amor en un banco de la plaza.
No gestiones los lugares donde los besos se hacen agua.
Si objetan los gemidos sólo diles que el silencio espera su desventura por el suelo.
Allí donde los arboles arden de ese efluvio follaje amarillo, allí desnudaré tu alma, una vez, una vez eterna.
Allí tocaré tu cuerpo como si fuera la última vez, sin importar la genérica luz refractiva de la multitud que nos mire apabullada del amor que me causa vivir en ti unos segundos.
Aunque no necesite más testigos que los dedos.
Realidad: casi no existe un peor verdugo para la utopía, déjame soñar mi amor… soñar con tu cintura, columpiándome en tu espalda, navegando por tu cuerpo, sincronizando las agujas de un reloj que me llaman para hacerme nada más que tuya.
Sentiré tu calor, tocare debajo de la piel. Sentiré el perfume que grabaré en mi cuerpo…
Y como las olas, como ese profundo mar, se moverán las emociones en vaivén bailando con tu ausencia para hacerlas realidad. Te fundiré en mí para dejar de extrañarte. Penetrare en ti pétalos de rosa que dibujen constantemente el camino hasta mis labios… para no perderte, para no olvidarte.
Ya no pasaré mis horas pensando en ti, porque te tendré allí, en ese rincón, en ese lugar en la plaza, en ese espacio nuestro, tuyo y mío. Los hilos de la oscuridad se fijaran en mí para atarme a la aventura de tu cuerpo, y sé que me entregaran la absolución sin merecerla.
Mi amor… déjame soñar…
Hoy haremos el amor en un banco de la plaza.

DG

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