
“ya lo sé, no soy un héroe, no soy el más valiente de los que te amaron”
A medida que voy observando cómo se desenvuelve el mundo, debo confesar que cada vez me desagrada más. Hay cosas del ser humano que sinceramente me parecen total y completamente enigmáticas, y lo raro es que yo soy “diferente” si vamos al caso y no los demás. Será mi ego que me dicta que no estoy caminando mal, pero tampoco cree desacertado a los demás.
“¿nunca has pensado en huir al sur para empezar de nuevo?”
Veo el poco entusiasmo y la poca superación de las personas a la hora de afrontar problemas, a la hora de hacer algo por ellas mismas. Y a medida que pasan los días puedo ver como somos tan hábiles y capaces para apartar y correr todo aquello que nos hace mal, que nos lastima, que no nos deja pensar claramente. Lo tapamos con cosas y quehaceres. Lo eludimos, lo esquivamos, dejándolo para resolver “más tarde” para cuando estemos aptos para poder hacerlo, y así arrastramos miles de problemas y fracasos diarios, eludimos los problemas, no somos ni siquiera capaces de enfrentarlos. Los escondemos y nos escondemos para poder pensar, nos apartamos para buscar paz, cuando enigmáticamente la verdadera paz, se encuentra en el murmullo. Sabiendo que si estamos bien centrados, podremos lograr el equilibrio entre nuestro sentir y lo que exteriorizamos constantemente.
Jamás, o muy pocas veces tenemos el valor suficiente para poder afrontar el problema como corresponde en vez de apartarlo y correrlo por miedo o falta de superación. Nos quedamos atrapados a una idea, que no sirve y que tiene como único objetivo detenernos en el tiempo, dejando que él mismo lo solucione, y quizás nunca lo haga, o quizás cuando lo haga ya sea tarde.
Creo que las oportunidades nunca van a ser pocas, pero que siempre hay que aprovechar la oportunidad de superarse superar.
DG
No hay comentarios:
Publicar un comentario