
Miré, el fondo, el borde, estaba próxima a tocar ese oscuro lugar, y antes de poner un pie en el, estaba emergiendo de nuevo.
Creí verme a mí misma, levitando en ese irracional suelo oscuro. Ahora fondo blanco, fondo trasparente. El suelo se empezó a alejar. Pude ver como el escenario cambiaba, la gente, el tiempo trascurría de prisa, corríamos rápido, corría rápido… para llegar a algún desconocido lugar, que por desconocido me asustaba…pero supe que por nada cambiaría mi escancia. Ningún viento podría convertirme en algo que no soy.
Algo se movía en mi corazón, eran las manivelas del reloj que lubricaban a mi tiempo. Los mismos que contenían los paréntesis de mi alma. Miré otra vez, fijamente y ahí estaba yo. Quieta, más quieta que lo habitual, pero a la vez, me movía muy rápidamente. Mi cuerpo expulsaba como nada las palabras. Y otra vez, algo blanco, algo oscuro, algo que perturbaba mi visión, era yo misma en un espejo que me reflejaba. Esa idea que contemplaba asiduamente mientras levitaba y reflotaba sobre la nube espesa que se había formado debajo de mis pies.
Me miré otra vez, esta vez estaba diferente, pero... seguía siendo más de lo mismo, mas de mi.
Apasionada por una visión que ya no sabía si era la mía, o era la de alguien más… esa que asechaba por las noches mis ideas, que me obligaba a ser la que siempre fui, aunque no quisiera.
Siempre iba a ser la misma, miraba el lugar, oscuro, blanco, oscuro, y nunca iba a poder cambiar, porque de hecho no quería hacerlo.
El borde, borde fino, que azotaba por el lado de mi derecha la nada de mi sinceridad. Claves que desenmarañaban, la telaraña de mis pensamientos y me dejaban, gobernar mi corazón en paz. Gran descubrimiento el de mi alma…
Al fin del día descubro que no había mucho en que pensar, que los días siguen, que la vida no se detiene por más que el escenario cambie, la gente cambie, la escancia cambie, siempre en mi es todo igual. Es la visión que no se puede cambiar (creo que se nace con ella)es el tiempo irrefutable que jamás se podrá detener .
Aunque, confieso que ahora todo es más blanco, un espacio en donde me refugian los rayos del sol, la sonrisa, las ansias de la libertad que me deja volar entre mis aladas plumas, una vida que jamás abandonaré… y es esa forma de vivir a la que amo, la que nunca podré extrañar porque… siempre la llevaré conmigo.
Es el degradé infame de la vida, que te deja expuesta a más de un matiz, matiz que no me reconoce, o matices que me sientan mejor, peor. Algunos me hacen la vida más sencilla, otros… otros no, pero agradezco que estén. Son los oscuros, que lo dejan claro, y aquellas que iluminan el lugar en el que habito… mi pensamiento. Dejando atisbos de luz a lo que siempre fueron mis ideas… anormales, enroscadas, diferentes. (Lo agradezco)
Curioso es vivir, correr contra el tiempo, extrañar el futuro. Perfeccionarse… para… ¿nada?
Curiosa es que lo raro se disipe con el tiempo como natural. Y lo que en algún comienzo pareció descabellado hoy, ahora, sea normal. Los atajos de un tiempo que por desconocidos y novedosos resultan incomodos, y después se muestren y desenvuelvan como algo sin más. Todo es así. Siempre es así… en realidad creo que… nada tiene sentido.
Dai.
No hay comentarios:
Publicar un comentario