"Debía encontrarte esa noche, ese día, pero para eso era útil conocernos antes."

Lo primero fue indicarle la salida. El punto donde se partían los círculos errantes de almas sosteniendo nada.
Así como cuando alguien es demasiado… detallista en su narración, sentí conocer a la perfección aquel interno lugar. Todos tenían razón, y yo misma también la tenía, era claro que extrañaba a alguien, pero como no sabía a quién, restarle importancia parecía lo más acertado.
Si tuviera que empezar de cero, elegiría otro comienzo, y manifestaría las palabras que no voy a decir. Hubiera sido más fácil decir que sí, que la noche estaba fría, que necesitaba que me acompañes porque las baldosas parecían gastadas sin tus pasos… decir cualquier cosa, pero decir…a algunos desafortunadamente les cuesta más que a otros decir que sí. Casi todos podemos más o menos movernos, más o menos mirarnos, más o menos sostener una mano, más o menos rozar una mejilla. Ojalá no hubiera visto el arco iris, y te hubiera callado más seguido, tapado la boca, abrazado más.
Tomaría más pasajes de ida, porque tal vez ya no quiera volver, gastaría boletos, caminaría más lento con tal de que me sigas, o más rápido para seguirte a ti sin necesidad de que los capítulos ardan espontáneamente, y se queme el papel porque sí. Fundamentaría más las cosas, desperdiciaría el tiempo un poco más.
Y otra vez, me subí al tren. Y renace esa tristeza que no duele, y te veo sentado en algún lugar común, casi detenido, esperando “nadas”… con esa felicidad gigante que no tienes como reírla, con las hojas marchitas, la vuelta de hoja sin pasar. No insistas. El reloj nunca anda para atrás. Y yo, una piedra mirando por la ventana y tú tan a punto de romperte, siempre…
Caricias que van al alma no a ti, no insistas. Ardor propio y ajeno, que te insinera la ropa, y te desnuda. ¿Cómo esperar que te deshagas en mí… si te ves más denso y pesado que las palabras?... no digas lo que eres, no quiero entenderlo, no. no quiero descubrirte, me da miedo lo que pueda encontrar, lo que estás ocultando… a mí. Se derrama mi alma a tu centro y me asusta. Suavemente, suave. Cierra los puños, fuerte y escóndete, porque no quiero ver lo que retienes. ¿Quién eres y donde estas, así no te encuentro?, yo no te digo quien soy, lo sabes. Espero doblar en una esquina perdiéndote entre la gente… que llegues justo cuando me estoy yendo. Que llegues tarde. Como yo.
Miente y di que no piensas en mi ni una vez al día, aunque mas no sea para olvidarme.
Miente y mira atrás porque… no hay nada allí adelante. ¿Cuándo vas a tomar forma? ¿Cuándo tu voz se tornará clara? Un par de ojos que miran, un par de manos que acarician, que tocan…y…. unos labios que no dicen nada… una foto sepia, una llave, una puerta, una burbuja de aire que no te da respiro, un suspiro, un aliento, un adiós. Respiro profundo, y no aguanto tanto aire, tanto vacio dentro mío. Después… después el vacio pierde volumen, y su forma… entonces llegará el instante en que no nos reconozcamos, y quizás allí me encuentres. En otros ojos, que no serán los míos, porque ya no seré yo. Es una posibilidad…. Todos tenían razón, y yo misma también la tenía, era claro que extrañaba a alguien, pero como no sabía a quién, no tenía importancia.
Dai
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